Yo fui. Columna ardiente, luna de primavera. Mar dorado, ojos grandes. Busqué lo que pensaba; Pensé, como al amanecer en sueño lánguido, Lo que pinta el deseo en días adolescentes. Canté, subí, Fui luz un día Arrastrado en la llama. Como un golpe de viento que deshace la sombra, Caí en lo negro, En el mundo insaciable. He sido. (Cernuda)
Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas; y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento. Si tú eres el tesoro oculto mío, si eres mi cruz y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío, no me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado. F.G. Lorca.