" Elegía del desatino "
Quise ser torre muy alta,
y me quedé:
en cima de la gran llanura.
Quise tener los ojos del halcón peregrino,
y me quedé siendo:
una brizna de hierba, en manos del destino.
Como la flor, quise tener vida primorosa.
Y me deshojo, como los pétalos de la rosa.
Ese soy yo.
El de la mirada larga y profunda.
El Califa, de cabeza nacarada,
viviendo de los sueños
y obviando la realidad pasada.
El que mira y no quiere ver.
El que oye y no quiere oír.
El que se rebela
y cae presa del desaliento,
de la vida cotidiana.
Ese soy yo.
El tejedor de sueños imposibles.
El guerrero que lucha contra sí mismo,
no consiguiendo nunca la victoria.
El que quiere poner a su vida,
el color de las violetas tornasoladas.
El que trata de doblegar,
a las olas enajenadas.
El que busca remedio para su herida.
Ese soy yo.
y me quedé:
en cima de la gran llanura.
Quise tener los ojos del halcón peregrino,
y me quedé siendo:
una brizna de hierba, en manos del destino.
Como la flor, quise tener vida primorosa.
Y me deshojo, como los pétalos de la rosa.
Ese soy yo.
El de la mirada larga y profunda.
El Califa, de cabeza nacarada,
viviendo de los sueños
y obviando la realidad pasada.
El que mira y no quiere ver.
El que oye y no quiere oír.
El que se rebela
y cae presa del desaliento,
de la vida cotidiana.
Ese soy yo.
El tejedor de sueños imposibles.
El guerrero que lucha contra sí mismo,
no consiguiendo nunca la victoria.
El que quiere poner a su vida,
el color de las violetas tornasoladas.
El que trata de doblegar,
a las olas enajenadas.
El que busca remedio para su herida.
Ese soy yo.
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