"SÁBADO LITERARIO"

"Noticia agradable"
A las dos de la tarde, en casa de Doña Obdulia, la planchadora, siempre se veía el Telediario. Desde muchos años atrás, seguía fielmente las noticias. Tenía esa costumbre. Era una mujer de ideas fijas, perseverante, rutinaria y minuciosa. Posiblemente conservaba estas características de su época de planchadora, trabajo que ejerció durante muchos años. Por su buen hacer, fue muy solicitada y buscada por la gente pudiente, porque no había otra como ella que planchara mejor las camisas. De ahí el nombre por el que era conocida.
De su juventud, no tenía ningún recuerdo agradable. Desde muy mocita, había alternado los trabajos de pinochera y planchadora. Trabajos muy duros, pero había que hacerlos para poder comer. De noche cerrada, hubiese buen o mal tiempo, se encaminaba a los montes para recolectar la pinocha. El jornal no se conseguía fácilmente; en la recogida había que trabajar muchas horas. Eran tiempos muy difíciles, pero ella nunca se quejó. Muy de vez en cuando decía: " es mi sino ".
Amores sólo había tenido uno. Cuando llevaba un año de relación, su novio se fue a Cuba y nunca más tuvo noticias de él. Se evaporó. A partir de ese momento, cerró la puerta de su corazón y jamás la volvió abrir. También su madre se encargó y ayudó a frustrar cualquier posibilidad, espantando a los pretendientes que se le acercaban. Hasta que ya no hubo ninguno.
Un día llegó a sus manos un catálogo, y vio una foto que la impactó. Pensó que la imagen era de sueño, conseguir ser algo así. Era tan maravilloso e increíble, que deseó con todas sus fuerzas ser la chica de la foto. Se volvió una mujer soñadora. Y empezó a incubar un sueño. Sabía que era inalcanzable pero siguió soñando en él. Lo hizo suyo, construyendo un subterfugio para su vida. Jamás , se lo contó a nadie; ni amistades, ni familia, ni tan siquiera a su madre. Ya sabía de antemano la respuesta que le daría.
Con el paso de los años, lo acontecido diariamente y las noticias que veía, casi siempre lo comentaba con su buena amiga y comadre Petronila. Tenía con ella un grado de complicidad y confianza bastante bueno, pues no en vano se conocían desde siempre. Los avatares y pormenores de sus vidas, se los sabían perfectamente. Las dos comadres, con un cafecito en la mano, acostumbraban a diseccionar la actualidad diaria, llegando a la conclusión de que cada día se vivía peor. Argumentaban entre ellas, que nunca se había visto nada semejante. Diariamente al ver las noticias del Telediario, parecía que había llegado el apocalipsis. Un rosario de cosas terribles: guerras, muertes, destrucción y otras cosas tremendas, eran el contenido de los Telediarios. Nunca había un espacio para las noticias agradables, por si acaso hubiera alguna.
Se levantó por la mañana con la sensación de que algo le iba a suceder, así lo creía y tenía esa premonición. No sabía el por qué de esa extraña inquietud, pero lo pensaba así y su corazón lo confirmaba. Transcurridas unas horas, ya se había olvidado de la pesadumbre de la mañana.
Una vez más, a las dos de la tarde, ya estaba sentada delante del televisor esperando ver las noticias. Lo hacía tomándose el cafecito, en compañía de su comadre. En principio, la entrada del Telediario fue diferente a como lo hacía habitualmente. También el comienzo del informativo no era el mismo; el de siempre, el de las malas noticias. El locutor, comenzó hablando de la relevancia de una mujer. Relataba el homenaje que La Scala de Milán, le rendía a una importante " prima donna " del mundo de la Opera; por su brillante y magnífica carrera de muchos años.
Excitadisíma por la emoción, comadre Petrolina exteriorizó en voz alta lo que pensaba y exclamó:
- ¡ Dios mío, bendito sea Dios. No me lo puedo creer, pero si es usted la homenajeada, comadre Obdulia ! - Agregando a continuación con respeto y admiración-. ¡ De figura de la opera y muy guapa !
Las dos comadres no daban crédito a lo que estaban viendo, se miraron incrédulas. Los ojos abiertos como platos, sorprendidas, estupefactas, no podían creer lo que estaban presenciando. Las dos comentaron que se habían pasado con la mistela de café. Se lo reprocharon mutuamente. Al mismo tiempo, hablaban atropelladamente negando lo que estaban viendo, y diciéndose que no podía ser cierto. Se preguntaban entre ellas; ¿ si no sería un montaje, o tal vez, una alucinación producida por la mistela ?
De su juventud, no tenía ningún recuerdo agradable. Desde muy mocita, había alternado los trabajos de pinochera y planchadora. Trabajos muy duros, pero había que hacerlos para poder comer. De noche cerrada, hubiese buen o mal tiempo, se encaminaba a los montes para recolectar la pinocha. El jornal no se conseguía fácilmente; en la recogida había que trabajar muchas horas. Eran tiempos muy difíciles, pero ella nunca se quejó. Muy de vez en cuando decía: " es mi sino ".
Amores sólo había tenido uno. Cuando llevaba un año de relación, su novio se fue a Cuba y nunca más tuvo noticias de él. Se evaporó. A partir de ese momento, cerró la puerta de su corazón y jamás la volvió abrir. También su madre se encargó y ayudó a frustrar cualquier posibilidad, espantando a los pretendientes que se le acercaban. Hasta que ya no hubo ninguno.
Un día llegó a sus manos un catálogo, y vio una foto que la impactó. Pensó que la imagen era de sueño, conseguir ser algo así. Era tan maravilloso e increíble, que deseó con todas sus fuerzas ser la chica de la foto. Se volvió una mujer soñadora. Y empezó a incubar un sueño. Sabía que era inalcanzable pero siguió soñando en él. Lo hizo suyo, construyendo un subterfugio para su vida. Jamás , se lo contó a nadie; ni amistades, ni familia, ni tan siquiera a su madre. Ya sabía de antemano la respuesta que le daría.
Con el paso de los años, lo acontecido diariamente y las noticias que veía, casi siempre lo comentaba con su buena amiga y comadre Petronila. Tenía con ella un grado de complicidad y confianza bastante bueno, pues no en vano se conocían desde siempre. Los avatares y pormenores de sus vidas, se los sabían perfectamente. Las dos comadres, con un cafecito en la mano, acostumbraban a diseccionar la actualidad diaria, llegando a la conclusión de que cada día se vivía peor. Argumentaban entre ellas, que nunca se había visto nada semejante. Diariamente al ver las noticias del Telediario, parecía que había llegado el apocalipsis. Un rosario de cosas terribles: guerras, muertes, destrucción y otras cosas tremendas, eran el contenido de los Telediarios. Nunca había un espacio para las noticias agradables, por si acaso hubiera alguna.
Se levantó por la mañana con la sensación de que algo le iba a suceder, así lo creía y tenía esa premonición. No sabía el por qué de esa extraña inquietud, pero lo pensaba así y su corazón lo confirmaba. Transcurridas unas horas, ya se había olvidado de la pesadumbre de la mañana.
Una vez más, a las dos de la tarde, ya estaba sentada delante del televisor esperando ver las noticias. Lo hacía tomándose el cafecito, en compañía de su comadre. En principio, la entrada del Telediario fue diferente a como lo hacía habitualmente. También el comienzo del informativo no era el mismo; el de siempre, el de las malas noticias. El locutor, comenzó hablando de la relevancia de una mujer. Relataba el homenaje que La Scala de Milán, le rendía a una importante " prima donna " del mundo de la Opera; por su brillante y magnífica carrera de muchos años.
Excitadisíma por la emoción, comadre Petrolina exteriorizó en voz alta lo que pensaba y exclamó:
- ¡ Dios mío, bendito sea Dios. No me lo puedo creer, pero si es usted la homenajeada, comadre Obdulia ! - Agregando a continuación con respeto y admiración-. ¡ De figura de la opera y muy guapa !
Las dos comadres no daban crédito a lo que estaban viendo, se miraron incrédulas. Los ojos abiertos como platos, sorprendidas, estupefactas, no podían creer lo que estaban presenciando. Las dos comentaron que se habían pasado con la mistela de café. Se lo reprocharon mutuamente. Al mismo tiempo, hablaban atropelladamente negando lo que estaban viendo, y diciéndose que no podía ser cierto. Se preguntaban entre ellas; ¿ si no sería un montaje, o tal vez, una alucinación producida por la mistela ?
Comentarios
¡Bendita Mistela!. Estoy convencida que ocurrió en realidad, pues es un sueño precioso....mmmmmm....yo diría que grandioso. Cuando uno sueña es mejor hacerlo a lo grande.
Ya sabes que hay que tener cuidado con lo que se sueña pues puede hacerse realidad.
Abrazotes.
A no perder la esperanza, si le pasó a ella, también nos puede pasar a nosotros un día...
un abrazo
Saludos.
Nyma
He pasado un rato agradable leyendo tu noticia. Muy ocurrente.
Por cierto, me has recordado que tengo plancha pendiente... Grrrr
Un abrazo.
Maat
Buna noticia.
Un abrazo
Saludos
Un abrazo,
Ramón
Qué maravilloso cuento. apapachos
Un abrazo
Antes estaba de moda el cafecito en la sobremesa viendo el telediario, así lo recuerdo yo en mi casa.
Creo que la mistela tendría algo que ver en esa sorprendente noticia.
Un abrazo de doingo
Quizá el deseo ferviente de un sueño, hace posible, en la mente de los demás, el cumplimiento de este, aunque sea con un vasito de mistela entre las manos...
Una noticia preciosa, envuelta en un relato de una calidad excepcional. Te felicito Balamgo!
Besos con mistela!!!
(Gracias por estar ahí este sábado y todos con Mercedes).