"La poesía"
En ocasiones, raramente, solía encenderse el salón al atardecer, y el sonido del piano
llenaba la casa, acogiéndome cuando yo llegaba al pie de la escalera de mármol hueca y
resonante, mientras el resplandor vago de la luz que se deslizaba allá arriba en la
galería, me aparecía como un cuerpo impalpable, cálido y dorado, cuya alma fuese la música.
¿Era la música? ¿Era lo inusitado? Ambas sensaciones, la de la música y la de lo inusitado, se unían dejando en mí una huella que el tiempo no ha podido borrar. Entreví
entonces la existencia de una realidad diferente de la percibida a diario, y ya oscuramente sentía cómo no bastaba a esa realidad el ser diferente, sino que algo alado y divino debía acompañarla y aureolarla, tal el nimbo trémulo que rodea un punto luminoso.
Así,en el sueño inconsciente del alma infantil, apareció ya el poder mágico que consuela de la vida, y desde entonces así lo veo flotar ante mis ojos: tal aquel resplandor vago que yo veía dibujarse en la oscuridad, sacudiendo con su ala palpitante las notas cristalinas y puras de la melodía.
Comentarios
Tus letras han despertado recuerdos de mi infancia preciosos. Teníamos un vecino que era ciego. Y tocaba el piano como los ángeles. Recuerdo que a las primeras notas que le escuchábamos los crios de la escalera, nos apresurábamos a llegar hasta su lado para admirar como paseaba los dedos por su piano. Él nos esperaba y dejaba la puerta de su casa abierta. Yo no me cansaba de escucharle. Me parecían mágicos áquellos momentos. Y realmente, lo eran.
Gracias, Balamgo.Me llevaste hasta allí de nuevo.
Un abrazo.
Maat
Otro abrazo.
Maat
un abrazo!
Precioso relato
La verdad es que la música nos hace sentir bien en muchas ocasiones, pero cuando es un recuerdo perdido en la memoria nos acompaña para siempre
Un saludo de Mar
abrazos
Un fuerte abrazo.
Un abrazo.
Te sigo, obvio.
Espero te pases.
Saludos.
Anima Impurus.