UNA REFLEXIÓN EN VOZ ALTA



No sé lo que últimamente me está pasando, posiblemente sea cosa de una crisis de edad - es decir - que me estoy volviendo viejo, y por tanto, justifico menos cosas y comportamientos. Pero ocurre que cada día entiendo menos algunos de mis congéneres, y no comprendo ni lo más mínimo su forma de hacer y actuar.

Aunque mis padres hace ya algunos años que no están, siempre he sentido un gran respeto y gratitud hacia ellos. Ahora más que nunca, -cuando soy padre-, me doy cuenta del enorme trabajo que tuvieron para sacarnos adelante, en una situación muy complicada. El gran esfuerzo que hicieron para darnos lo que nos dieron. No estaban tan preparados ni con los mismos recursos como pueden tener los padres actualmente, pero lucharon para que pudiésemos tener un futuro con luz en nuestras vidas. Se esforzaron con tesón y denuedo para que fuéramos unas personas lo más preparadas posibles. Comprometidas, cívicas, respetuosas, e inculcándonos valores morales. Trataron en lo posible, de que fuéramos personas con justicia social, solidarias con el que lo necesitaba, y sobre todo, respetuosas con nuestros mayores.

No hace muchos días he visto unas imágenes en televisión, que me han impactado y conmovido tremendamente. Realmente unas imágenes sangrantes, que hasta al más insensible le hubieran llegado al corazón. Un matrimonio los dos muy mayores; enfermos y desvalidos, se van a la calle, porque uno de sus hijos vende el piso donde vivían, argumentando que el piso es suyo.

Probablemente sea el pago que el hijo da a sus padres por todos los cuidados recibidos. Por las noches que los tuvo en vela cuando de niño estaba enfermo, o tal vez, cuando tuvo problemas en su matrimonio y volvió con sus padres en busca de consuelo. O posiblemente, sea por todo el tiempo que dedicaron a sus nietos, para que su hijo pudiese cumplir sin problemas su horario laboral.

Se ningunea y se exprime hasta lo indecible a la gente mayor. Muchas veces, desvalidos y sin ganas de lucha se resignan y se entregan a su suerte. Después de años de lucha, de penurias y sacrificios, yo creo que se merecen algo mejor que lo que le estamos dando. Respetemos y cuidemos a nuestros mayores. Aprendamos del pueblo japonés, a respetar y tratar como se merecen a nuestros mayores. No nos olvidemos, que lo mismo que hacemos a nuestros padres; se puede repetir y que nuestros hijos no lo hagan a nosotros.









Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Amigo,comprendo perfectamente que te sientas tocado en el alma por algo como esto, ya que no es para menos. Las crisis econòmicas sacan lo peor de las personas, aunque estoy segura que alguien que haga algo como eso, tendrìa a sus padres en el piso, en otra situaciòn, mas por el que diràn que por amor. SIEMPRE han existido personas asi, pues mucho amor no demuestran los que se pelean por unas cajas de tea de herencia, igualmente sucede por acà, que llegan a las armas,aunque lo mas usual es despues que sus padres han muerto.

Tal vez ese tal por cual resulte ser padre de unos hijos maravillosos, pero como dijo HERMES...como es arriba, es abajo...y la Ley del Bumerang, como yo la llamo, es ...inevitable


abrazos
Natàlia Tàrraco ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Natàlia Tàrraco ha dicho que…
Balamgo, vi ese reportaje y me quedé petrificada, por suerte el ayuntamiento les cede una vivienda.
Pero, no todo es lo mismo. Veo a padres que no se hablan con sus hijos como si fueran de otro planeta. Tengo hijo e hija jóvenes, pero entre todos hemos de trazar caminos de comunicación, ellos y nosotros, todo cambia "e pour si muove", pero entre gente tenemos la misma sangre aunque sea de edad, raza, religión o lo que sea, aparentemente, distintas.
Me he levantado de buen "rollo" lo admito y que dure, que si abro el periódico !adiós! te comprendo.
Pero sospecho que al final conseguirán derrotarnos por completo, sin futuro, sin hablar, sin vivir, callados y amargados ¿a quién interesa eso? Bsitoooo.
tag ha dicho que…
Yo tambien vi ese reportaje.
Es increible.
Si un hijo es capaz de tirar de casa a sus padres, que ademas creo que estaban enfermos, ¿que mas se pueden esperar?

Ciertamente ha cambiado todo mucho.
El respeto debido a los padres y abuelos en nuestra infancia y juventud, se ha esfumado.
Les hemos querido dar tantas cosas que no tuvimos, que por lo visto nos olvidamos de darles las que si tuvimos y que nunca deberían haberse perdido.

Parecemos la generación de los obedientes, porque pasamos de obedecer a nuestros padres a obedecer a nuestros hijos.
Y a nosotros ¿quien nos hace caso?

Tu reflexión debería hacerse más a menudo, en colegios e institutos, pero no como asignatura opcional sino como obligatoria.

Un besito
Any ha dicho que…
Bueno, no conozco la historia sino a traves de tu post. Y la verdad es que es incomprensible, por mas crisis que haya, que los hijos dejen en la calle a sus padres por un poco de dinero. Imaginate que si hacen eso con sus propios progenitores que serán capaces de hacer con un extraño ... da miedo pensarlo.
Y ahora me voy a poner en abogado del diablo. Ayer justamente tomando mate en el parque observaba a una madre con dos chicos de unos 5 y 7 años; en el rato que yo estuve alli les gritó, los llamó de manera grosera, le tiró de los pelos a uno y pegó con una rama al otro, todo esto solo porque los chicos insistían en ir al sector de los juegos. Y yo pensaba, si los trata asi en público, como será en la casa?.
Ahora, cuando esos chicos sean grandes, cuanta contemplación van a tener con la madre? Como recordarán su niñez llena de golpes e insultos? Si, ya sé, como sea sigue siendo la madre y merece mínimamente respeto. Pero hay gente que genera violencia sin pensar que están sembrando para el futuro. Ojalá no sea el caso y yo esté equivocada.
Perdón por la extensión, me entusiasmé con el tema.
un abrazo
Elchiado ha dicho que…
Hola he venido de visitilla, vagando por la red. Y bueno, me he parado en seco justo al llegar hasta esta entrada. Porque es triste tener que enterarse de algo así. Aquí, en nuestro país amado, a los "viejos" tenemos por costumbre apartarlos, el gobierno lo sabe y hace campaña silenciosa (y me da igual el signo, porque al final lo que cuenta es la pela, o no?) porque cuando están en medio "molestan", claro que sí, "molestan" siempre y cuando no tengan la cartera a reventar de billetes y estén dispuestos a jugar al Monopoly para peder siempre la partida. Uno ve esas cosas, a hijos así (que en realidad estos hijos llevan todos el mismo apellido, aunque no seré yo quien ponga el taco malsonante en su blog) y sólo le consuela saber que la vida, al final, va apretando tuercas y ejecutando giros que a fin de cuentas ponen a cada cual en el lugar apropiado. Vaya a saber si ese desgraciado no se acordará algún día con auténtico dolor de lo que fue capaz de hacer, cuando se le acaben todas las autojustificaciones y retahílas; y si no, pues que llegue a viejo, y ya veremos!!
Elchiado ha dicho que…
Por cierto, ¿escuchó la Butterfly de Victoria de los Ángeles? Colosal... no se la pierda, saludos!!
Migue ha dicho que…
Hola Balamgo, es terrible lo que contás, es que el dinero parece estar por encima de los valores fundamentales, aunque eso siempre existió, pero nunca como ahora. Hay muchos casos que seguramente no pasan por tv, hay gente incluso que ha enviado a matar a sus padres por la herencia, pero la mejor herencia que es la dignidad y la honestidad nunca se la llevaran a la tumba...mucho menos al cielo !!.Espero que esto mejore, votemos porque sí!
Un saludo
Migue
Neogeminis Mónica Frau ha dicho que…
El caso que comentas de verdad sobresale de la "normalidad"...pero lamentablemente es así la manera en que muchos agradecen lo recibido en la niñez!...qué desconsideración!...aunque no hubiesen sido los mejores padres, nada justifica dejarlos en la calle, por favor!.


Creo que en sembrar con amor está el camino.

Un abrazo!
Mateo Bellido ha dicho que…
Por desgracia las noticias de sucesos como este se vienen dando cada día más. Creo que se dieron siempre y que hoy es más fácil conocerlas por la infinidad de medios a nuestro alcance. Eso no quiere decir que no sean tanto más lamentables.
En casa viven mi padre y mi suegra, no son una carga y algo más que una responsabilidad, es el compromiso que merecen los seres queridos que se va reeditando por los siglos de los siglos.
Muy oportuno e interesante tu reflexión.
Un abrazo
Elchiado ha dicho que…
Recibí su visita con mucho agrado, ya sabe dónde estoy... Por mi parte, con su permiso, me iré quedando a ratos por aquí. Saludos (de colores)
Anónimo ha dicho que…
mm m.. me gusto esta entrada, me veras seguido por aqui /si no hay molestias/ suerte y cuando quieras te espero por mi blog..
casss ha dicho que…
En estos tiempos sin tiempos,el tema que nos conmueve a todos y que comentas en tu post, es de total vigencia. No hay tiempo, aunque hayas tenido los mejores padres: el tiempo personal se antepone a todo... y aunque no hubieses sido lo mejor, fueron los padres que tuviste y por un sentido humanitario, al menos, no se puede dejar en la calle a quienes son tus orígenes.
Cultivar el respeto por los mayores, por su sabiduria, por su experiencia o porque son mayores y desvalidos, entra dentro de la defensa a que todos tenemos derecho: el de ser respetados y valorados a toda edad.
Un abrazo.
Ana Gracia ha dicho que…
Hola Balamgo, vine a agradecer tu visita y a leerte.
Creo que es triste una sociedad que olvida a sus mayores y hay muchas formas de hacerlo...
Leí otros textos que me gustaron, también la selección de poetas que realizás.
TE DEJO UN ABRAZO!

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