"El hombre"
Foto: D.Melián
El hombre,
encumbrado en sus pensamientos,
miraba hacia el mar.
El azul,
reflejando la verdad,
tenía un color muy intenso.
La tarde era silenciosa
y las nubes dormían.
Le fluían destellos del alma
y la mirada la tenía ansiosa.
El aire,
perfumado de violetas,
impregnaba a todos los sentidos.
Las ventanas,
se abrían a lo vivido,
giraban las penas como veletas.
Los árboles,
arropaban su tristeza;
que de todos sus poros fluían.
De sus ojos,
lágrimas salían;
pues se le escapaba su entereza.
Para sus penas,
sólo pedía descanso.
Sólo un pequeño remanso
para descansar,
de las pesadas cadenas.
¡ Y al Dios de los olvidados ¡
Como algo muy sentido,
que le nuble la mente
para conseguir olvido.
Comentarios
un abrazo.
Un fuerte abrazo.
así quien puede con las penas?
Existe el Dios del olvido? Adonde se lo contacta? Tendrá mail?
=)
Ojalá existiera si, tendría tantos clientes!
Un abrazo
Muchas veces, necesito encontrarme frente al mar a solas, en silencio, disfrutando de su compañía. Me da vida. Quizá por eso, tu poema me ha enganchado desde los primeros versos. Precioso poema, amigo.
Un abrazo.
Maat
P.D. Gracias por tus palabras de ánimo en mi blog.
Bello poema, Balamgo, preñado de melancolia y de aromas múltiples. Bsitooo.