"La pesadilla"

"El grito"
"Munch"

Llevaba durmiendo unas horas, cuando abrió los ojos. Se quedó perplejo y sorprendido. En su habitación, alrededor de su cama, se movía gente. Había un hombre y dos mujeres. Una de ellas era su mujer. La miró fijamente a los ojos, a ver si percibía algo extraño en su mirada, pero no encontró nada. No vislumbró ningún atisbo de que algo fuera mal. No hubo respuesta. Le daba la impresión, que no lo había visto, como si no estuviese en la habitación.
Se percató que alguien le auscultaba, también le miraba las pupilas y le tomaba el pulso. Era el hombre que se encontraba en su habitación, parecía un médico. Observó que con la cabeza hacía un movimiento negativo, y se lo dirigía a su mujer.
No acertaba a comprender lo que ocurría, sólo quería que lo dejasen tranquilo, y poder tener un poquito de intimidad. No entendía porqué había gente extraña en su habitación.
Pensó que lo mejor que podía hacer es serenarse, y estudiar la situación en que se hallaba inmerso. En principio, averiguar que sucedía y, por qué, él estaba implicado. Qué papel tenía su mujer en toda esta maraña.
Le vino a la mente, que en un caso así, lo mejor era preguntar lisa y llanamente, qué pasaba. Y así lo hizo:
- Me puede explicar alguno de ustedes, qué ocurre, qué está pasando aquí.
- Nadie dijo nada.- No hubo respuesta.
Los de la habitación proseguían con lo que estaban haciendo. El que parecía el médico, sacó de su maletín un impreso y empezó concienzudamente a rellenarlo. La acompañante recogía todos los útiles que habían utilizado, de una manera muy eficiente y profesional. Habían terminado su trabajo y sólo restaba marcharse.
Contempló la reacción de su mujer, para ver que sentimientos denotaba. Comprobó que parecía aliviada y creyó percibir una sonrisa picaresca. Seguía sin comprender nada. Inmóvil, con los ojos abiertos, no podía entender que ocurría.
Se sobresaltó considerablemente, pues cuando iban a salir de la habitación, le taparon la cara con la sábana. Ahora comprendía lo que sucedía. Estaba muerto. La escena que había presenciado no hacía mucho, eran el médico y su enfermera certificando su defunción.
Un conato de claridad le llegó a su cabeza y se preguntó:
- Cómo es posible que si estoy muerto, pueda contemplar lo que me está ocurriendo.- Agregó con sorna.
- Acto seguido, se dijo: los muertos, muertos están. Yo conservo cualidades que poseen los vivos, no los muertos. Yo discurro, veo y analizo la tesitura en que estoy envuelto. También conservo el oído. Ahora mismo, estoy escuchando un ring, ring, ring...
Se dio la vuelta y miró sobre su lado derecho, era el despertador que sonaba. Eran las seis de la mañana.
- ¡ Dios bendito !
- Son las seis. Tengo que levantarme.

Comentarios

Neogeminis Mónica Frau ha dicho que…
....lo más terrible era la sonrisa maléfica de su esposa!...para mí que lo había ayudado a "irse" jejejee

un abrazo.
Elchiado ha dicho que…
¿¿¿¿¿¡¡¡¡las seis!!!!!????, claaaaro, ahora lo entiendo todo, ¡¡¡¡¡eso debe ser casi como estar muerrrrrto!!! (porque si no me habría apuntado a la teoría de Neogeminis...)

Buena dosis de intriga, un abrazo!!
Any ha dicho que…
A la flauta! Que feo debe ser soñar algo asi. Y encima la mujer no parecía muy triste que digamos.
Quien sabe como será ese momento ... bué, ya nos enteraremos algún día muejeje!
un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Bueno, sabrà dios si lo que se dice que los sueños anuncian algo sea cierto, yo como el me la repensarìa...tal vez està durmmiendo con el enemigo, jajaja

excelente

abrazos
Migue ha dicho que…
Muy bueno Belmago, bastante inquietante, yo también creo que la mujer algo tuvo que ver, quizás sea amante del medico no?
Un saludo
Migue
tag ha dicho que…
Cuando soñamos con la muerte, sea propia o de los que más queremos, te despiertas fatal ¿verdad?
Con una sensación de desasosiego porque crees que es verdad, te cuesta darte cuenta de que solo era una pesadilla.
Y entonces, uffff, menudo descanso.
Porque por muy dura que sea esta vida, todos queremos seguir disfrutandola. A saber que vendrá luego.....

Un besito
Mar Cano Montil ha dicho que…
¡Uf, qué susto he pasado :) Balamgo! hasta el final creía que lo mismo le estaban abduciendo los extraterrestres porque transmites muy bien esa angustia, ¡guau!

Te digo como Mónica, ¿por qué esa sonrisilla picaresca en la mujer? ¿qué oculta? jeje...

Que cada cual piense lo que crea conveniente, ¿verdad?

Un abrazo.
Elly ha dicho que…
Interesante la historia, aunque no me gustaría contemplar como mi mujer ha sido la causante de mi muerte (o al menos que no le duela mi pérdida). Un final muy cómico y lleva a una comparación... levantarse a las seis de la mañana.

Un saludo. Muy buen blog.
Anónimo ha dicho que…
El despertador, ese despótico, tiránico y odioso objeto de todos los días, en esta ocasión actuó como un bálsamo sanador. Bien por el despertador. En cuanto al sueño, oí una vez decir que soñar con la muerte alarga la vida. Angustiosa historia la que nos has narrado con una enorme carga de tensión.
Un abrazo.
TORO SALVAJE ha dicho que…
Seguro que jamás despertó con tanta alegría.

Saludos.

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