por eso de la sinceridad y la frescura...no por hacer niñerías insensatas...jeje Interesantes letras, todo un conepto de reflexión. Ya hablaremos un día, mi buen amigo, un abrazo
Interesante reflexión nos traes hoy. Pero ¿sabes? creo que cada vez se va a hacer más difícil conservar el corazón de niño porque, prácticamente, la sociedad actual, tal y como la estamos montando, deja menos tiempo para que los niños sean eso, niños....
En el film "los Profesionales" B. Lancaster soltaba una frase que nunca olvido: "hay mujeres maravillosas que hacen sentir a los hombres niños y a los niños hombres"
Quedémonos con una pizca del niño o la niña que fuimos, hagámoslo a pesar de todo. Siempre hay que jugar. Besito amigo Balamgo.
Hola Balamgo; hacia tiempo que no pasaba por tu web y ya iba siendo hora jeje. Que buena frase el pie de foto que nos muestras compañero y en cuanto a la foto; tal vez me sobre un poquito de cielo por lo demas ni la toques, un cordial saludo compi.
Un día habrá una isla que no sea silencio amordazado. Que me entierren en ella, donde mi libertad dé sus rumores a todos los que pisen sus orillas. Solo no estoy. Están conmigo siempre horizontes y manos de esperanza, aquellos que no cesan de mirarse la cara en sus heridas, aquellos que no pierden el corazón y el rumbo en las tormentas, los que lloran de rabia y se tragan el tiempo en carne viva. Y cuando mis palabras se liberen del combate en que muero y en que vivo la alegría del mar le pido a todos cuantos partan su pan en esa isla que no sea silencio amordazado. Ella había nacido para el mar. Las curvas de su espalda, desde muy pequeñita, tenían cumpleaños de olas. Se despertaba con rumores de playa en los costados, con sus cabelllos de alga en las arenas y el pez de la sonrisa nadándole los labios. Crecíase hacia dentro, hacia sus libertades submarinas, que tomaban el sol abriéndole los ojos en tirones de sueños y resacas. Por la noche soñaba con sirenas. Un día se fue al
El árbol de Ardilla Roja En el supermercado, el carro de la compra empujado por dos manos firmes enfilaba el pasillo con determinación. La persona que lo guiaba sabía lo que buscaba, lo tenía muy claro, sus deseos no eran ambiguos; iba a comprar fruta. Le apetecía comer fruta, por tanto se dirigía al expositor de la fruta. Al llegar a él, se paró y con mirada escrutadora e intensa, hizo un primer análisis de lo que veía: toda la fruta estaba muy apetecible. Pero su mirada se detuvo en lo que tenía en la mente: una hermosa manilla de plátanos. ¡Eran una maravilla de plátanos! Como los había imaginado: grandes, gordos y bien proporcionados. Se atrevió con las yemas de los dedos a tocar uno; lo encontró duro y consistente. Aún no estaban maduros, pero se conservarían mejor. No le gustaban los plátanos fofos. Los prefería tal como estaban, duros y todavía verdes. Pasados unos días, estaran maduros. Leyó la pegatina que tenía pegada la manilla, se tranquilizó y relajó eran de Canarias. S
Comentarios
Interesantes letras, todo un conepto de reflexión.
Ya hablaremos un día, mi buen amigo, un abrazo
No perder el corazón del niño no quiere decir conservar el mismo corazón, sino aguantar las cicatrices...
Un abrazo!!!
Interesante reflexión nos traes hoy. Pero ¿sabes? creo que cada vez se va a hacer más difícil conservar el corazón de niño porque, prácticamente, la sociedad actual, tal y como la estamos montando, deja menos tiempo para que los niños sean eso, niños....
Así nos va.
Un abrazo.
Maat
Um abraço
oa.s
Un abrazo.
"hay mujeres maravillosas que hacen sentir a los hombres niños y a los niños hombres"
Quedémonos con una pizca del niño o la niña que fuimos, hagámoslo a pesar de todo. Siempre hay que jugar.
Besito amigo Balamgo.
Un abrazo!!
Que buena frase el pie de foto que nos muestras compañero y en cuanto a la foto; tal vez me sobre un poquito de cielo por lo demas ni la toques, un cordial saludo compi.
Muchas gracias por tu visita y tus palabras.
Un saludo desde Uruguay!