Inocencia perdida
Todos los días, todas las mañanas, pasaba por la misma casa el repartidor de periódicos. Desde que entraba al jardín para dejar el periódico, era la primera vez que veía al niño; que con la mano y el dedo apuntándole en forma de pistola le hacía: - ¡ Pum, pum, pum! Simulando disparos contra él. Eso continuó así mientras iba por allí cada mañana.
Un día, el repartidor, pensó y se dijo: "Hoy le voy a seguir el juego, porque ya me tiene cansado, de que todos los días me dispare. Aunque sea de mentiras".
Al llegar al día siguiente por la mañana entró en el jardín como siempre y, observó que el niño estaba en el techo. El repartidor le apuntó con la mano y el dedo formando la pistola y le dijo: - ¡ Pum, pum, pum y pum ! El niño cayó desde el techo hacia el suelo, el repartidor asustado corrió hacia él y le preguntó: "Niño, niño; ¿ te has hecho daño, estás bien...?
El niño le respondió un poco aturdido: " Yo nunca lo hice a propósito, ni te tiré a matar ".
Comentarios
Pum, pum alguien me reta,
Pum, Pum disparo al poeta,
pum, pum maldita la treta,
Pum, pum se enfría su jeta.
Un saludo Balamgo
Fue entretenido leerte, Balamgo.
Un abrazo.
Maat
Los niños fantasean, a milímetros de la realidad.
muy bueno, un abrazo
Un abrazo!!
Un abarzo
un saludo amigo
Excelente!
um abraço
oa.s
Saludos afectuosos.
Leonor.
Un abrazo. Menos mal que todo quedó en un par de chichones.