Nunca aprenderemos por mucho que vivamos, lo que tenemos que escoger y deshechar de la vida...seriamos perfecto si acertaramos siempre...entonces la vida seria un coñazo...un saludo
Eso de quemar puentes es muy peligroso y debes estar muy seguro a la hora de hacerlo. La imagen invita enormemente a la reflexión antes de tomar qualquier decisión. Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Yes, burned recently a few. Still am building even more. Yes, a challenge. Great entry.
Anónimo ha dicho que…
Yes, burned recently a few. Still am building even more. Yes, a challenge. Great entry.
A veces, muchas veces cruzamos puentes que debimos haber quemado .-) supongo que nos enseña a pensarnos las cosas mejor cuando vayamos a pasar por un puente parecido...Pero sí, mejor darse un paseo largo por la orilla y reflexionar mucho antes de tomar una decisión.
Un día habrá una isla que no sea silencio amordazado. Que me entierren en ella, donde mi libertad dé sus rumores a todos los que pisen sus orillas. Solo no estoy. Están conmigo siempre horizontes y manos de esperanza, aquellos que no cesan de mirarse la cara en sus heridas, aquellos que no pierden el corazón y el rumbo en las tormentas, los que lloran de rabia y se tragan el tiempo en carne viva. Y cuando mis palabras se liberen del combate en que muero y en que vivo la alegría del mar le pido a todos cuantos partan su pan en esa isla que no sea silencio amordazado. Ella había nacido para el mar. Las curvas de su espalda, desde muy pequeñita, tenían cumpleaños de olas. Se despertaba con rumores de playa en los costados, con sus cabelllos de alga en las arenas y el pez de la sonrisa nadándole los labios. Crecíase hacia dentro, hacia sus libertades submarinas, que tomaban el sol abriéndole los ojos en tirones de sueños y resacas. Por la noche soñaba con sirenas. Un día se fue al
El árbol de Ardilla Roja En el supermercado, el carro de la compra empujado por dos manos firmes enfilaba el pasillo con determinación. La persona que lo guiaba sabía lo que buscaba, lo tenía muy claro, sus deseos no eran ambiguos; iba a comprar fruta. Le apetecía comer fruta, por tanto se dirigía al expositor de la fruta. Al llegar a él, se paró y con mirada escrutadora e intensa, hizo un primer análisis de lo que veía: toda la fruta estaba muy apetecible. Pero su mirada se detuvo en lo que tenía en la mente: una hermosa manilla de plátanos. ¡Eran una maravilla de plátanos! Como los había imaginado: grandes, gordos y bien proporcionados. Se atrevió con las yemas de los dedos a tocar uno; lo encontró duro y consistente. Aún no estaban maduros, pero se conservarían mejor. No le gustaban los plátanos fofos. Los prefería tal como estaban, duros y todavía verdes. Pasados unos días, estaran maduros. Leyó la pegatina que tenía pegada la manilla, se tranquilizó y relajó eran de Canarias. S
Comentarios
Un abrazo
Un abrazo, compañero.
La imagen invita enormemente a la reflexión antes de tomar qualquier decisión.
Un abrazo
Que tengas un buen fin de semana!
Un abrazo.
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
saludos
Una captura que habla sola .-)
Abrazotes
Noemí
Por aquí.... sigo con el temor a equivocarme. A veces me parece que estoy del lado del puente equivocado. Cosas de la vida, vio?
un fuerte abrazo.
Buen domingo.
Un beso
Un abrazo.
Besitos.
Un abrazo