El árbol de Ardilla Roja En el supermercado, el carro de la compra empujado por dos manos firmes enfilaba el pasillo con determinación. La persona que lo guiaba sabía lo que buscaba, lo tenía muy claro, sus deseos no eran ambiguos; iba a comprar fruta. Le apetecía comer fruta, por tanto se dirigía al expositor de la fruta. Al llegar a él, se paró y con mirada escrutadora e intensa, hizo un primer análisis de lo que veía: toda la fruta estaba muy apetecible. Pero su mirada se detuvo en lo que tenía en la mente: una hermosa manilla de plátanos. ¡Eran una maravilla de plátanos! Como los había imaginado: grandes, gordos y bien proporcionados. Se atrevió con las yemas de los dedos a tocar uno; lo encontró duro y consistente. Aún no estaban maduros, pero se conservarían mejor. No le gustaban los plátanos fofos. Los prefería tal como estaban, duros y todavía verdes. Pasados unos días, estaran maduros. Leyó la pegatina que tenía pegada la manilla, se tranquilizó y relajó eran de Canarias. S...
Comentarios
Por cierto, me gusta mucho la ilustración con el corazón y las constelaciones.
Un abrazo
Un abrazo
Besitos y felicitaciones por la excelente ilustración, de nuevo engrasas mi cerebro, hoy mi corazón con tus reflexiones.
Besito.
Si cogemos el camino de los sentimientos...este corazón que por cierto tambien se hace viejo...elije lo que quiere o lo que le gusta,(iguál que hacen los niños, e incluso los no tan niños)y depende lo que quiere,te repudia o simplemente te deshecha.
Si lo cogemos por el camino de las matemáticas, el corazón sería una ecuación sin resolver.
La ilustración muy buena, aunque no creo que el corazón tenga nada que ver con las constelaciones, o yo no veo esa relación.
Un saludo.
Un abrazo
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Abrazotes
Noemí
Saludos.
Saludos van
Um abraço
cecilia
besos
Felicito al artista de la ilustración.
un abrazo