"Nunca me arrepentiré por la bomba de Hiroshima" (Theodore van Kirk, último sobreviviente de los que, a bordo del Enola Gay, lanzaron la bomba atómica sobre la ciudad japonesa). Y es que los monstruos, ciegos a la razón y a cualquier tipo de sentimiento humano, jamás se arrepienten de sus atrocidades.
Siempre me sorprende la facilidad con la que el ser humano intenta destruir a otros seres humanos e incluso al propio planeta, poniendo así en riesgo la existencia de todos los seres vivos.
El árbol de Ardilla Roja En el supermercado, el carro de la compra empujado por dos manos firmes enfilaba el pasillo con determinación. La persona que lo guiaba sabía lo que buscaba, lo tenía muy claro, sus deseos no eran ambiguos; iba a comprar fruta. Le apetecía comer fruta, por tanto se dirigía al expositor de la fruta. Al llegar a él, se paró y con mirada escrutadora e intensa, hizo un primer análisis de lo que veía: toda la fruta estaba muy apetecible. Pero su mirada se detuvo en lo que tenía en la mente: una hermosa manilla de plátanos. ¡Eran una maravilla de plátanos! Como los había imaginado: grandes, gordos y bien proporcionados. Se atrevió con las yemas de los dedos a tocar uno; lo encontró duro y consistente. Aún no estaban maduros, pero se conservarían mejor. No le gustaban los plátanos fofos. Los prefería tal como estaban, duros y todavía verdes. Pasados unos días, estaran maduros. Leyó la pegatina que tenía pegada la manilla, se tranquilizó y relajó eran de Canarias. S...
Comentarios
confìo yo poco en algunos de los actuales gobiernos del planeta...
abrazos
Un abrazo
gracias por tus visitas
segundo
llegamos al fin de la humanidad tal cual la conocemos
así quq que
a bailar balamgo
a bailar
Saludos.
No sé de que estamos hechos.
Saludos.
Abrazos!!
Un saludo
Migue
un abrazo