"Nunca me arrepentiré por la bomba de Hiroshima" (Theodore van Kirk, último sobreviviente de los que, a bordo del Enola Gay, lanzaron la bomba atómica sobre la ciudad japonesa). Y es que los monstruos, ciegos a la razón y a cualquier tipo de sentimiento humano, jamás se arrepienten de sus atrocidades.
Siempre me sorprende la facilidad con la que el ser humano intenta destruir a otros seres humanos e incluso al propio planeta, poniendo así en riesgo la existencia de todos los seres vivos.
Comentarios
confìo yo poco en algunos de los actuales gobiernos del planeta...
abrazos
Un abrazo
gracias por tus visitas
segundo
llegamos al fin de la humanidad tal cual la conocemos
así quq que
a bailar balamgo
a bailar
Saludos.
No sé de que estamos hechos.
Saludos.
Abrazos!!
Un saludo
Migue
un abrazo